Meditación y Creatividad I Dibujo Nieves Fuster |
un calmo lago, y eso es la quietud. Eventualmente, surgirán pensamientos, y eso es el movimiento. Si bien en un sentido hay movimiento de pensamientos dentro de la quietud, en realidad no hay diferencia entre los dos estados. Tal como la naturaleza de la quietud es la vacuidad, la naturaleza del movimiento es también vacuidad. Quietud y movimiento son meramente dos nombres distintos para una única mente.
La mayor parte del tiempo no nos damos cuenta del estado de nuestra mente, y no prestamos atención a si se está moviendo o permanece en quietud. Mientras estás meditando, por ejemplo, puede surgir en tu mente el pensamiento de ir de compras. Si reconoces al pensamiento y lo dejas disolverse por sí mismo, entonces el proceso acaba ahí. Por el contrario, si no te das cuenta de lo que está pasando, y dejas que el pensamiento crezca, capte tu atención y se desarrolle, este va a conducir a un segundo pensamiento, el de interrumpir tu práctica, y muy rápidamente te vas a encontrar levantándote y yéndote al mercado. Enseguida, muchos otros pensamientos e ideas van a aparecer: cómo voy a comprar esto, cómo voy a vender aquello, y así sucesivamente.
Es completamente natural que los pensamientos surjan incesantemente. Lo importante es no tratar de detenerlos, lo que de todas maneras sería imposible, sino liberarlos. Esto se hace a través de permanecer en un estado de simplicidad, que permite que los pensamientos surjan y luego desaparezcan sin adosarles más pensamientos. Cuando ya no perpetúas más el movimiento de los pensamientos, estos se disuelven por sí mismos sin dejar huellas. Cuando no estropeás más el estado de quietud con fabricaciones mentales, puedes mantener la natural serenidad de la mente sin ningún esfuerzo.
S.S. Dilgo Khyentse Rinpoche
El Tesoro del Corazón de los Iluminados , Editorial Imagina, San Sebastián
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