jueves, 5 de marzo de 2015

Tercera Noble Verdad: La Cesación del Sufrimiento

¿Existe la Verdadera Felicidad?


El estado de paz final o Nirvana es alcanzable bajo las condiciones apropiadas. 


En general se suele considerar la 1ª Noble Verdad ("El sufrimiento forma parte de la vida") como la esencia mas característica del Budismo, pero se olvidan que
ésta no es mas que una parte de la verdad.  Surgen entonces preguntas como ¿y que hay de la paz?, ¿es acaso posible?. La respuesta es afirmativa y es lo que hace del Budismo una practica sumamente optimista.

Esta es la Tercera Noble Verdad, esta verdad debe ser RECONOCIDA, ENTENDIDA Y LOGRADA DE MANERA VIVENCIAL.  

Como ya hemos visto el Buda tomaba el hecho del sufrimiento sólo como el punto de partida de su doctrina y, después de haber mostrado la universalidad de la tesis fundamental del sufrimiento, se ocupaba de a antítesis, La Verdad de la Felicidad.

El Buda se refiere filosóficamente a esto como "La Verdad de la cesación del sufrimiento". Las escrituras nos se cansan de repetir que la cesación del sufrimiento es la suprema felicidad y que en cada paso hacia ese objetivo, despierta en nosotros una felicidad creciente.

Felizmente vivimos sin odio entre quienes se odian. 
Felizmente vivimos sin codicia entre los codiciosos. 
Felizmente vivimos gozosos, como dioses resplandecientes
(Dhammapada) 

La Tercera Noble Verdad radica en que el sufrimiento puede ser superado y la felicidad alcanzada. Ésta es probablemente la más importante de la Cuatro Nobles Verdades, porque en ella el Buda nos asegura que la felicidad y el contento son posibles cuando dejamos el deseo sin sentido y aprendemos  a vivir cada momento, disfrutando sin impaciencia de las experiencias que la vida nos ofrece.

Lo que sacia nuestra avidez no es apegarnos a lo placentero o rechazar lo que no es, sino ser conscientes de lo que ocurre instante tras instante y vivir libre de los apegos en cada momento.

Ahora bien, podríamos comenzar por plantearnos qué entendemos por verdadera felicidad. Hay una regla de oro en el Budismo que es ésta: cuanto más nos liberemos de los llamados Tres Venenos: el odio, la avidez o apego y la ignorancia, mayor será nuestra felicidad.



LOS TRE VENENOS

La Ignorancia


Supone la creencia en un yo fijo e inmutable, siempre idéntico a sí mismo. Es un problema cognitivo, una errónea percepcción de la realidad que va siempre acompañada de una carga emocional: 
  • Positiva: identificación, a favor de algo, apego. 
  • Negativa: odio, en contra de... implica rechazo
  • Neutra: ni apego, ni rechazo

El Apego

Básicamente consiste en la identificación emocional obsesiva con algo de la realidad. Forman parte de esta familia: el deseo, la ambición, la avidez, el ansia...

El Odio

Implica rechazo emocional obsesivo hacia algo de la realidad. Forman parte de él: la cólera, la aversión, el rechazo, la descalificación... La felicidad del ser humano es inversamente proporcional al odio y la avesión,  los productos de la ilusión.

El sufrimiento, a fin de cuentas, no es sino la lucha vana que sostiene la voluntad en contra de los obstáculos creados por su propia tendencia a la separación y a la limitación.  En el Abbidharmma se dice que de las ciento veintiuna clases de conciencia de la que habla la psicología budista, sesenta y tres de ellas van acompañadas por la alegría y sólo tres son dolorosas, mientras que la cuarenta y cinco clases restantes son indiferentes.

Esta Felicidad o Contento interior,  es un estado libre del todas las emociones que, no obstante, nada tiene que ver con la indiferencia, ni con los estados negativos de la mente sino con un equilibrio espiritual muy intenso y positivo, una perfecta armonía.  No se trata, por tanto, de la felicidad que acompaña a la satisfacción personal sino, más bien,  de una felicidad de caracter universal que nos se halla sujeta a consideraciones individuales.

En el Budismo se considera que todos somos potencialmente Budas o "Seres Despiertos" y que se trata simplemente de ir eliminado negatividades,  cultivando virtudes y domando nuestras mente para llegar a descubrir la naturaleza clara y luminosa de nuestra mente.  Cuando la mente se ha familiarizado con esta idea, resulta factible la posibilidad de eliminar nuestras aflicciones y neurosis.

El mismo Buda describe su experiencia del siguiente modo:

"Al rechazar el gozo y la tristeza, al rechazar las alegrías y tristezas anteriores, moré en el cuarto dhyâna, donde se extinguen la alegría y la tristeza y surge un estado de lucidez y pura ecuanimidad. pero la felicidad en la que esa forma apareció no obsesionó mi mente" 


La cesasión del sufrimiento es la eliminación de las negatividades y de las impurezas de la mente.  Esta limpieza es gradual.  Primero se erradican las impurezas más bastas como la concepcción errónea y la duda. Después se eliminan otras impureras como el enojo, la vanidad, la agitación, etc. De acuerdo al Budismo, cuando el deseo o el apego, es decir la segunda noble verdad, es eliminado, se dice que uno ha realizado la cesación del sufrimiento. Lo que se extingue, pues no es el yo permanente, que al fin y al cabo, no pasa de ser una ilusión. Se extingue el flujo incesante de pensamientos que son su sed insaciable  de vivir y poseer dominan al ser humano.

Buda descubrió que la felicidad radicaba en la concentración de la mente, y que era ésta una de las formas importantes de alcanzar el nirvana, un estado en el que la alegría se funde con el estado de serenidad sublime que perdura después de haber trascendido el placer, el sufrimiento y cualquier otra emoción. En este estado, se armonizan todoas los desequilibrios producidos por el pensamiento y por el sentimiento, por la mente y por el corazón. 

Al igual que hablábamos de tres tipos de sufrimiento, también podemos encontrar tres grupos de alegría y felicidad:

  • Alegría física: bienestar corporal y sensual
  • Alegría mental: satisfacción de las tendencias emocionales y los intereses intelectuales.
  • Alegriía esencial: puro gozo de felicidad ajeno a todo interés egoísta que participa de la felicidad de los demás. 
En el Budismo existe el término BODHICITTA entendido como la aspiración al despertar, la intuición profunda de que existe esta verdadera felicidad. Todos la experimentamos de alguna manera en algún momento del dia, de lo contrario no podríamos existir.

A lo largo del camino de la práctica continuada, esta felicidad va creciendo y se va haciendo cada vez más sublime, más palpable hasta llegar a impregnar cada uno de nuestrso actos, pensamientos y palabras, cargados de sabiduría de amor y compasión. 

¿Esto es científicamente demostrable o carece de validez universal?. Recordemos lo que respondió Bodhidharma al emperador chino cuando le preguntó  qué había conseguido tras nueve años de meditación delante de un muro: "Nada". La misma experiencia fue verbalizada por San Juan de la Cruz en la subida al Monte Carmelo: "Nada, nada, nada".

La Tercera Noble Verdad hace referencia a la posibilidad de vivir sin esa confusión que nos ata  al "samsara". Existe pues, un estao de felicidad llamado "sin punto de apoyo", que está más allá de los pensamientos y las emociones.  Es la luz que brilla por sí misma, La Clara Luz del SER. Es la experiencia del gozo y la dicha no transferible. Se trata de una pexperiencia personal renovada, siempre renovada. Fué Maslow el que dijo:

"Si os conformáis con menos de los sois capaces, 
nunca estaréis satisfechos"




Fuente: “Los Orígenes del Budismo” por Denkô Mesa ,  Miraguano Ediciones.


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